Llegan de noche gritos lejanos/
rompe la luna, tiembla de miedo algún chango/
de Salamancas, llaman campanas /
los hombres quieren matarse empuñando un arma.
Te voy a contar un sueño. Jacinto Piedra.
Basura, basura, interminables cordilleras de basura. Un perro toma agua podrida, agua de jabones, orina y excremento. Afuera, dos chicas fuman y ríen pensando en comprarse tacos altos plateados. O dorados. El asfalto quebrado se dibuja con grietas que evocan al desierto, a los arenales en los que el Diablo zapatea su malambo. Después del sol, los álamos secos crujen al rigor del viento de la noche de carnaval. Una radio en el galpón advierte que el sereno sigue allí, atento, prevenido. Habrá que buscar otro lugar para conseguir algo de mosca esta noche.
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