Mi Bestia Interior

Mi Bestia Interior

lunedì, agosto 24, 2009

Desayuno de campeones

Eres lo mejor del mundo/ y lo sabes/
Javi Punga "Amar Amar"

Me harté de pagarle cervezas a un boludo de ocasión con ganas de ser eterno, o al menos omnipresente. Pagaba yo porque estaba aburrido de estar solo. ¿Cómo es estar solo? No lo sabía, lo imaginaba. Pensaba que estar solo es ser yo. La soledad soy yo. No soy muy bueno para las excusas, pero a las seis de la mañana cualquiera es creíble a pesar de sus mentiras. Así que fue cuestión de decir estoy cansado, chau, me voy a dormir y nos vemos en la próxima. Estar solo es tener la televisión prendida en mute. No es más barato que tener una pecera, por ejemplo, pero no requiere atención, no hay que cambiar el agua ni poner comida. Como los peces, la televisión no tiene sentimientos. ¿Dónde consigo un bar a esta hora? Esas son las cosas en las que me gusta pensar. No me puedo aprender los nombres de los puentes de Córdoba ¿éste es Centenario? Que me digan lo grosso que soy me rompe las pelotas. Perdón. Un grosso debería saber cómo se llamaba ese puente. Habrá sido Centenario, habrá sido. Las grandes cosas, la muerte, un beso, una puñalada, un corte, ocurren sin presentación. Ocurren como Angelito. No pierdo el tiempo en intros, iba a cruzar la calle, esperaba el semáforo cuando el ciego me dijo me ayudás. ¿A cruzar la calle? No, a encontrar un bar abierto. Estoy buscando un bar abierto y no sé dónde puedo ir, sí, así fue cómo se lo dije. Conozco uno a una cuadra del San Roque, es lo que dijo Angelito cuando cruzamos Humberto Primo. Allá fuimos. Vendo breteles de silicona en la peatonal. ¿Y se venden bien? Sí, todo el mundo compra eso, lo usan las chicas porque no se ven. Angelito no los ve y de no ver sabe mucho más que yo, seguro. Sólo una cosa, dijo Angelito, las cervezas las pagamos a medias y si no quedamos sin plata invito yo porque acá me dan fiado. Era un buen trato, no le dije que yo estaba harto también de que me vivan, de ser un paganini. Cuando estoy solo, a la noche, en mi pieza, me fumo un porro, mi vieja se enoja y me reta, pero ella no entiende que yo soy ciego, que me gustaría tener una mina, que me gustaría tener un amigo, antes salía con los chicos de la cuadra pero me di cuenta de que las cervezas las pagaba siempre yo. Esos no son amigos, por eso los corté, yo no voy a pasar por gil. ¿Cuando fumás qué sentís? Pregunta estúpida. Me pongo re loco pero no me olvido de que soy ciego. Sólo estoy re loco, pero al otro día me levanto a las 6 y me voy a laburar, yo no soy un vago. ¿Me llevás al baño? Éste va a vomitar, cagamos. ¿Por qué? ¿Te sentís mal? No, boludo, es que no veo. Ah, claro, se va a mear las zapatillas. Un rato después, Angelito me dijo que ya estaba de día. ¿Cómo sabés? Porque veo que hay más luz, no soy ciego de nacimiento, me fui quedando ciego cuando era pendejo,cómo te lo puedo decir, veo todo amarillo y ahora está más fuerte, porque deben ser como las 8 o más. Viernes a las 8 de la mañana, Angelito se pidió una cerveza y yo le dije que me iba y él me dijo que me vaya, que esa cerveza se la tomaba solo y que por eso la pagaba él. Y ahí lo dejé mientras me decía que ese día no iba a trabajar, que se iba a dormir y que seguramente la madre lo iba a retar. Pero yo no soy un vago, a mi me gusta trabajar.

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