Mi Bestia Interior

Mi Bestia Interior

domenica, novembre 30, 2008

Gente

Se había dejado sin anudar la bata de toalla naranja y tenía el pelo suelto, enmarañado y mojado. Se estaba preparando para tomar una taza de té con un tipo que era, ella no sabía, el Estrangulador de Boston. Las cenizas escapaban del cenicero, empujadas por el viento que levantaba el ventilador. Era uno de esos ventiladores industriales, con una hélice como las de los aviones de tela, de la primera guerra mundial. Cómo si antes del 14 no hubieran existido las guerras mundiales. Ella se había enamorado del tipo, pero el tipo era el Estrangulador. Un estrangulador de vacaciones, tomando un respiro de sus labores. Casi sin expresiones en su cara, el tipo la miró y le dijo: Me da miedo asomarme al fondo de los abismos en que se pierde mi dinero.

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