Mi Bestia Interior

Mi Bestia Interior

mercoledì, marzo 28, 2007

Yo soy la anarquía

Abrí los ojos y estaba ahí, parado. No. No fue así, no estaba durmiendo. Me estaba afeitando. No, tampoco. Me afeito cuando me corto el pelo y no me acuerdo de haberme cortado el pelo esa mañana. Bueno, estaba ahí. ¿Cómo hiciste para entrar? Le pregunté. ¡Ja! se rió y no me dijo nada. Sacó un cigarrillo y no vi bien cómo lo prendió. Pero lo tenía prendido. Voy a llamar a la policía, le dije y se rió fuerte. ¿Era algo breve en sus respuestas? Creo que sí. No me miró, pero me dijo que había entrado por la ventana. ¿Por la ventana? Estamos en el quinto piso, le contesté. Volvió a reírse y me contó que no le tenía miedo a la muerte. Lo invité a irse y me dijo que no sólo podía salir por donde había entrado. Quería salir por la ventana, desde un quinto piso a la calle. Te vas a matar, le repetí y volvió a burlarse de mí. Sin sacarse el cigarrillo de la boca trató de convencerme de que no tenía miedo a la muerte y que no podía salir por la ventana porque había un crucifijo que no vio cuando entraba. ¿Qué querés? Le grité y no obtuve ninguna respuesta. Vengo a enseñarte, Horacio, silbó en mis oídos. ¿Cómo sabés mi nombre? pude balbucear asustado. Entonces, se apoyó en la heladera y me dijo: Just call me Lucifer.

lunedì, marzo 26, 2007

Tiros, tiros

Salí corriendo y todavía me siento el olor a pólvora. Tiros, tiros. La agitación de mi pecho. El aire que no entra en los pulmones. Corro como loco, corro y el olor a pólvora me sigue. Pum, pum. Tiran tiros. Agacho la cabeza, silban las balas a mis costados. Esto no es un western, esto no es Manhattan, este es mi barrio, donde todos llevan armas. Armas de fuego. Maldigo la pólvora mientras trato de escaparme de este tiroteo. Paso la punta de la lengua por el pavimento. Siguen los tiros. Tal vez salga con vida. Tal vez pueda regresar a casa y poner alguna de las malditas canciones de Rosario.

giovedì, marzo 15, 2007

Once

Mirar hacia atrás no me ha convertido en una estatua de sal. A veces miro el hoy con amargura. Todo eso pensaba cuando timbraba el boleto antes de subir al tren. Eurostar. Son 25 euros de multa si te agarran sin tu pasaje.¿Eurostar? ¡Euronightmare! Que verde está este afuera. No parece otoño. De espaldas, tiré una moneda a las vías para volver algún día a Tiburtina. El tren se va. No pise la raya amarilla. Parece la estación Plaza Miserere del subte A. No pisar la raya amarilla. ¡Cuidado! ¡Correrse al fondo! Amontonado con las otras estatuas de sal inicio el viaje. Chak, chak, chak. Abran un pocos las ventanas, que ya no hay peligro de que nos tiren piedras. Palabra maletín Tiburtere.

martedì, marzo 13, 2007

Los idus de marzo

Sangre de Italia que fluye como una fuente. Cincuenta cuchillos. Una espada que besa la ingle. Et tu, Brute! ¿Cruzarías el océano? ¿Verías cómo cae? ¿Serías César en las escalinatas? ¿Serías César desoyendo los consejos que te dan, saliendo a enfrentar el peligro con la sola ayuda de la túnica? Gracias, Shakespeare.

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