Mi Bestia Interior

Mi Bestia Interior

martedì, giugno 28, 2011

La explosión

Como un minuto de pocos segundos. Nada duraba demasiado si la mecha era corta. Dinamita. Western. Una mujer muerta de un balazo en la frente. Tercer ojo. Una perforación a medida. Un dolor que va creciendo y sube por el costado derecho de la espalda, se mete por la base del cráneo y se ubica en el sector izquierdo de su cabeza. Una muela podrida. Un catarro hecho de tabaco y whisky robado. Nada más. La explosión viene más tarde. Algunos podrán salvar su vida hoy. Lo que no significa gran cosa si miramos los días que corren. T.

mercoledì, giugno 01, 2011

Yo, el rojo

Por ahora me voy a Ejército a mirar las luces rojas reflejadas en el pavimento mojado y sucio. No sé estar solo, creía que iba a poder. Y no. Una tristeza así no la sentía desde que se separaron los Stone Roses. Qué mala idea que tuvieron. Me parece que Second coming no era un disco tan malo, pero no se podía comparar con el primero. A muchos les pasa que nunca volverán a ser lo que fueron. Alcanzar tanta grandeza y esplendor puede ser mortal. Es dañino, veneno puro. Pero podrían haberlo intentado, no separarse de ese modo. Hubo que esperar mucho para ese Second coming y cuando menos lo esparaban, se disuelven. No todos pueden hacer que las cosas duren tanto como lo hacen los Rolling Stones. Stones. Por lo menos tengo a los Stones para pasar el mal trago, los malos tiempos.
Tengo ganas de llamarte, para decirte que no duermo, que no puedo cerrar los ojos. Me asusta irme a la cama sin vos, me da miedo sentirme tan humano, tan necesitante, soy una suplicante que quiere abrazar tus rodillas para pedirte un poco de piedad.
El día que se separaron los Stone Roses hacía un frío imposible. No sabía qué hacer, dónde meterme, dónde quedarme. Salí como un loco, inventando excusas para irme a la calle. Necesitaba extraviarme, convertirme en algún personaje de ficción. Es lo que soy, lo que hice de mí, un personaje de ficción. No te pido que me des la razón, pero quiero que aceptes que todos tenemos un escondite, un sitio donde meternos, un lugar para fugarnos. Una puerta imaginaria que nos saque de nuestra habitación 101. Tenía que caminar y escuchar She bangs the drums, para olvidar que los Stone Roses se habían separado, se habían escapado de nosotros. Así que me fui a la plaza España y me metí ahí, con alguna cerveza y un walkman muy bueno. Ahí me quedé, en esa mole de pavimento que desde el cielo se ve como una flor. Un monumento estúpido que ocupa un lugar inapropiado para una ciudad con múltiples problemas con sus espacios abiertos. Aquí todo es escalofriante, todos los espacios son soledades programadas. Es así.

Post più popolari

Visualizzazioni totali

Archivio blog