Mi Bestia Interior

Mi Bestia Interior

lunedì, ottobre 25, 2010

Más de esa noche

Cuando se abre una flor
(tan hermosa)
yo no dejo de temblar.
No quiero controlar mi llanto.
Porque lloro y me limpio.
Y mis lágrimas,
creo,
limpian un poco
este mundo.

No sé muy bien para qué sirven las metáforas y porque el I Ching me dice que dé algo como una especie de “mordida tajante”, para salir adelante. (Cuando tomo un taxi, siempre pienso en la canción Don’t look back. Keep on walking o algo similar).
¿Qué recuerdo de la noche? Tus cigarrillos en la mesa y el golpe que le dabas al encendedor cada vez que ibas a fumar. Así empezó esa noche. Vos y yo, fumando y mirando por la ventana, divertidos, pensando en que la lluvia estaba por caer. A veces cuesta imaginarse la revolución que levanta en el cielo una tormenta. Las descargas, la fuerza del viento que se choca de narices contra otro viento igual pero en contrario.
Más de esa noche. Nunca chocamos los vasos y nunca dejamos de hablar de los pasos perdidos, que nos trajeron hasta acá. Hasta las orillas de la soledad. ¿Vos creías que yo ya no tenía corazón? Yo, también. Eso, yo también creía que ya no tenía corazón. La vida se suele complicar más de lo que uno está acostumbrado.
Más de esa noche. Vos hablabas y movías las manos en el aire, dibujando delicadas y enérgicas figuras de abanicos de damas chinas. Vos hablabas. Yo pensaba que nunca seríamos dos. Me estaba aterrando que se terminara la noche. La noche ya había muerto bajo la criminal acción del sol, la estrella que nadie quiere. Más de esa noche. El día nos despedazó la ilusión y nos tuvimos que abrazar, como para no quedarnos con lo poco que teníamos.
Más de esa noche. Viniste, como quien quiere venir, y lo que yo sentí fue miedo. Cuando escribo quiero escribir música porque para eso vine a este mundo, para traer música desde un lugar en el que no habías estado, para que sientas que estoy, que puedo dejar que tu sudor corra por mis manos. Lo que me sale es el miedo, el miedo de que no sea. Necesito un poco de seguridad, al menos un toque, me hace falta tu cuerpo, me hace falta verte desnuda.
¿Más de esa noche? Sonaban cumbias y vos estabas contenta. Y yo fumaba hasta quedarme sin voz. Tomaste una cerveza con Fanta ¡una cerveza con Fanta! Habían quedado muchas cosas pendientes. Pero es seguir hablando más de esa noche.

martedì, ottobre 12, 2010

Aviso

Ante agraviantes e injustificadas devoluciones recibidas vía e-mail, contacto personal y demás, urge al autor de este blog tener que redundar en que todas los personajes, situaciones, lugares y sentimientos aquí referidos son absolutamente de ficción y no guardan relación con personas normales ni snobs de la vida real.
(Ninguna persona ni ningún snob ha sido sometido a malos tratos, en la realización de esta página).
Desde ya, muchas gracias.

C.G. Toledo. Kordova, Harjentina, octubre 2010.

Any old iron

para poder crecer/ progresar/ para sumergirnos en el bienestar.
Los Totales. Clase b


Cuando lo vi entrar al niño viejo en la región del silencio, entendí finalmente por qué el personaje se alegraba de que su hermano haya perdido el sentido del olfato, en el final de Cualquier Hierro Viejo, novela de A. Burgess. El niño viejo esta yéndose despacio hacia la no audición porque la ciudad ya no tiene nada para decirle. sí fue que al fin pude comprender el sentido del final de esa novela, saga familiar en torno a una espada de mierda. Cualquier hierro viejo.

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